Benedicto (noseque),
como máxima autoridad en la tierra
te escribo humildemente
para que intercedas por mí.
Te mando todos estos poemas
para que comprendas el problema
solo pido la jubilación anticipada
o el milagro de la curación.
Tu Benedicto
que estas en el Vaticano
una palabra tuya
bastaría para sanarme...
Se que tienes mucho trabajo
arreglándote el refajo
pero para eso tienes a los Cardenales
morados de tanto trabajo.
Si pudieras nombrar mi caso
en tu próxima homilía
seguro que todo esto
enseguida se arreglaría.
Benedicto (noseque),
perdona mi atrevimiento
y ahora ya en confianza
mira que eres feo.
Tu Benedicto
que estas en el Vaticano
una palabra tuya
bastaría para sanarme...
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